Anime impresiones: Bakuman

Otra serie que me dediqué a ver estos últimos días, que ya venía recomendada por oye-escuchas desde hace tiempo, es Bakuman.  Una serie por los mismos creadores de Death Note?  Por supuesto que la voy a ver…

La historia gira alrededor de Moritaka Mashiro y Akito Takagi, dos estudiantes de secundaria que comparten afición por el manga.  Mientras que Mashiro tiene talento para dibujar, Takagi cuenta con gran habilidad para escribir.  A pesar de su talento innato Mashiro no se anima a dibujar por culpa del recuerdo de su tío, quien llegó a ser mangaka profesional pero murió joven y sin alcanzar el éxito que deseaba.

Takagi debe convencer a Mashiro a dar el primer paso para convertirse en mangaka, y lo hace apelando al lado romántico de su compañero:  Mashiro está enamorado de Miho Azuki, una compañera de clases, pero por timidez nunca le ha logrado hablar.  Takagi le revela que Azuki también le gusta el manga, tanto que planea ser una seiyuu (actriz de voz).  Al fin hablan, y hacen una promesa:  si Takagi y Mashiro logran hacer un manga que se convierta en anime, le reservarán el papel de protagonista femenino a Azuki.  Si logran hacer eso, Azuki y Mashiro se casarían.  Aaaah, el amor mueve montañas!  Por supuesto que no hay nada extraño que ésta sea la primera vez que conversan y de entrada Mashiro le pide matrimonio, claro que no.

La serie es muy educativa en cuanto al lado “real” de ser un mangaka:  El esfuerzo que hay que hacer, las presiones laborales y personales, los obstáculos que hay que superar.  Lo único que me puso un pelo en la sopa es la monumental, épica, galáctica estupidez de Mashiro y su promesa “romántica” con Azuki.

No me malinterpreten, sobreponerse a todos los obstáculos por estar junto al ser amado es uno de los temas recurrentes más básicos de la literatura. Es lo que mueve a Romeo y Julieta, lo que impulsa a Wall-E a ir al espacio, es lo que hace que Aragorn tome de vuelta su reino y su corona en Lord of the Rings, pero…

…pero en todos esos casos había un factor externo que mantenía lejos a los  enamorados.  En Bakuman, lo único que los mantiene separados son las condiciones de una promesa que ellos mismos hicieron.  Si Mashiro de veras siente amor por Azuki no habría fuerza en el planeta que lo mantendría alejado de ella, en lugar de pensar excusas para no estar juntos.

En el manga, llevan esto al extremo: luego de comenzar su primera serie, Mashiro trabaja tanto que la falta de sueño y alimento le hacen pedazos su organismo.  Colapsa y debe ser llevado al hospital para que le arreglen un riñón, pero dentro de todo esto se rehúsa a dejar de trabajar.  “No puedo dejar de dibujar, debo trabajar por alcanzar mi sueño”, le dice a cualquiera que le pide que descanse un poco, incluyendo a su doctor (quien le dice que si no descansa puede morir), sus editores (quienes le imploran que tome días libres y que balancee salud y trabajo), y la misma Azuki (quien le dice que si muere nunca se podrán casar).  Pero no, “debo seguir mi sueño”, aún cuando lograr su sueño implica no estar muerto.

El pináculo de la idiotez es cuando Azuki le dice que si no hace caso y cuida su salud lo dejará de querer y no estaría dispuesta a casarse, cosa que Mashiro ignora para seguir trabajando.  O sea que no le importa si Azuki no se quiere casar con él, porque él seguirá trabajando en su manga para hacerse popular y eventualmente (si sobrevive) casarse con Azuki… quien ya no querrá casarse con él.  Qué?

Al final se sale con la suya y sigue dibujando su manga desde el hospital, logra sanarse y se toma el tiempo de alimentarse y dormir, sólo para que les cancelen la serie de todos modos.  Imbécil.

Durante todo esto me tenía deseando que nunca triunfara, que nunca cumpliera su objetivo:  un imbécil de ese calibre no debería reproducirse para esparcir sus genes idiotas al resto de la raza humana.  Por suerte eso sólo pasó en el manga así que en el anime Mashiro resulta ser un personaje menos exasperante (incluso en el manga pude dejar atrás mi enojo y seguir disfrutando de la serie.  Mashiro no ha vuelto a mostrar ese comportamiento otra vez, menos mal).

Gran parte de la historia gira alrededor de cómo las diferentes series compiten por votos cada semana.  Como la meta es crear un manga que sea lo suficientemente popular para convertirse en anime, están sujetos a los gustos de los lectores para alcanzar el éxito.  No sólo ellos, también los colegas mangakas que conocen a través de su trayecto tienen sus propios sueños y metas que alcanzar.  Así vemos lo que tienen que hacer, primero para ser aceptados como una serie continua en Shonen Jump (Shonen Jack en el anime), luego para mantenerse “vivos” en la revista.

A veces esto puede resultar irritante:  el menor indicio de algo negativo en cómo trabajan y ya andan buscando un cambio de dirección.  Que hagamos la serie más mainstream, con batallas.  No, que mejor de culto.  No, humorística.  Hay varios cambios de este tipo, pero al final no me molestaron ya que no puedo decir que no sería igual si estuviera en una situación similar.  “Si quiero que la gente lea un manga de mi creación, qué debo hacer para que les guste?” –  sería lo que pasaría por mi mente a cada segundo.

Todo esto es parte del proceso creativo, y esta serie lo captura muy bien.  Es tanto una serie entretenida como un curso en cómo hacer una serie entretenida, y eso es un gran logro.  Muy recomendable para fans del manga y anime, si logran ignorar las tonterías de Mashiro.