En esta ocasión hablaremos de Noragami, una serie de acción con aspecto sobrenatural. Veremos que ni los dioses son inmunes a las penurias, sobre todo si son dioses sin templos o creyentes.
Noragami sigue la idea en torno a dioses que hemos visto en Sandman, American Gods y en Discworld, entre otros. En esas obras vemos que hay multitud de dioses que caminan entre nosotros, y que dependen del nivel de fe de sus creyentes para existir. Entre más creyentes devotos tenga un dios, más poder tendrá. En el lado bajo de esa escala tenemos a Yato, un autonombrado “dios mensajero” que no tiene templos ni creyentes, y que tiene que arreglárselas para sobrevivir con las pocas plegarias que algunas personas le mandan.
El modus operandi de Yato es simple: él tiene un número celular que anda escribiendo en muros por toda la ciudad donde vive, con la promesa de llevar a cabo cualquier trabajo. Cuando una persona (o animal, ocasionalmente) está lo suficientemente desesperada para desear ayuda divina de cualquier fuente, a veces esa plegaria le cae a él. Yato cobra 5 yen por sus servicios, una cantidad risible pero que planea acumular poco a poco y usar algún día para establecer su propio templo.
Es durante uno de estos trabajos que conoce a Hiyori, típica estudiante en su último año de escuela media que resulta lastimada al tratar de apartar a Yato del camino de un autobús. Su gesto fue noble pero innecesario ya que Yato no sufriría daño por la colisión, el único resultado fue separar momentáneamente el alma de Hiyori de su cuerpo. Ella queda con la habilidad de desdoblarse y de interactuar con espíritus mientras está en su “forma astral” (luce igualita pero con una “cola”, que es realmente la cuerda que la mantiene anclada a nuestro mundo). Es en esta forma que conoce a Yato y le pide que la ayude a poder permanecer siempre en su cuerpo (ya que ella tiende a desdoblarse de forma inconsciente, y en los momentos menos convenientes).
Hiyori también se entera que el mundo humano está constantemente plagado por espíritus invisibles llamados ayakashi, que influencian a la gente al punto de hacerlos dañarse a sí mismos o a otros, y que gran parte del trabajo de Yato involucra eliminarlos. En una de esas aventuras conocen a Yukine, un espíritu humano libre de la corrupción que caracteriza a los ayakashi, y Yato logra transformarlo en shinki, básicamente una herramienta viva que está ligada a un dios. Si han visto Bleach, es como la relación entre los shinigami y sus espadas pero los shinki pueden ser cualquier objeto o vestimenta, no sólo armas. Afortunadamente Yukine se transforma en espada por lo que ayuda a Yato a matar ayakashi con más facilidad, y luego de eso los seguimos mientras buscan trabajos (y mientras Hiyori trata que Yato se encargue de su problema de desdoblamiento, que por alguna razón está evitando resolver)
Esa es la serie en su modo más básico: Yato y Yukine en aventuras, interactuando con humanos y dioses, y Hiyori detrás de ellos, poco a poco entablando amistad. Debo decir que la serie me capturó desde el primer episodio, casi desde la primera escena. Empiezan con un combate donde Yato destruye un ayakashi, mostrando excelente animación y efectos, y luego pasan a una discusión entre Yato y su shinki del momento donde vemos la parte ridícula de la serie. Es ese balance lo que me atrae de Noragami: tiene buena acción e indicios que el mundo de los dioses está lleno de peligros, pero en un segundo pueden pasar al humor sin que se sienta forzado.
Los personajes también son agradables, con mucho potencial para sacarles historia. El primer arco argumental que vemos es sobre Yukine y su dificultad en adaptarse a su vida como shinki. Esta historia se resuelve de forma dramática, pero deja pendientes algunas cosas para el futuro, principalmente el relato de cómo murió Yukine en primer lugar. Hiyori se mantiene interesante como nuestro punto de vista al mundo espiritual, y sus problemas para mantener separado lo divino de lo cotidiano (no siempre fácil con Yato invadiendo su vida a cada rato).
Finalmente Yato es quien tiene más historia oculta: nos dan referencias a un pasado oscuro, cuando los “trabajos” que realizaba eran más violentos y sangrientos que lo que estaría dispuesto a admitir a Hiyori. En general Yato tiene un aire a lo Spike de Cowboy Bebop, normalmente luce irresponsable y desentendido pero de repente se pone serio y hace trizas a sus enemigos.
Por lo demás, cuenta con buena historia, personajes de soporte interesantes, fan service en buena medida y dejan todo bien bonito para una continuación de la serie (que lastimosamente sólo es de 12 capítulos). Hasta la intro tiene musicón excelente! (es de las pocas intros que no me salto después de haberla visto algunas veces)
El anime sólo cubre hasta el volumen 3 del manga (de 10 hasta el momento), y concluye con un par de capítulos con historia original que por suerte no bajaron calidad como ha pasado en otros animes (te estoy viendo, Trigun). Como eran pocos capítulos de relleno no se sintieron como estorbo, sólo fueron de peleas y no afectaron nada para seguir con los demás volúmenes (si pueden, lean el manga, esa historia se pone buena).
Si no agarraron Noragami cuando debutó pues se los recomiendo ampliamente. Sólo son 12 episodios así que no les tomará mucho tiempo verla, y no se arrepentirán. Por mi parte me atrapó tanto el anime como el manga, ha sido agregado a mi lista de “ver inmediatamente” cuando sale.
Bueno en cada nuevo tanke bajo le que mas me llama la atencion y en esta temporada baje Noragami y sip muy buena pero como con la mayoria de series espero que terminen para verlas de corrido y ya voy por el cap 5 y esta buena recomendable!
Muy buena Noragami, tenia tiempo que no me llamaba la atención una serie shounen, ojalá y eventualmente haya otra temporada