Anime Impresiones: Prison School

Hoy hablaremos de Prison School, un anime que está balanceado de forma precaria entre humor, fetiches, drama y aún más fetiches. Sigan el enlace para una reseña algo NSFW:

Prison School trata sobre cinco estudiantes (Kiyoshi, Takehito, Shingu, Joe y Ando) que acaban de ingresar a la Academia Hachimitsu, que hasta el año de su ingreso era un internado exclusivamente para mujeres. Para ellos es como el paraíso, ya que hay cientos de mujeres por cada uno de ellos así que se imaginan una gloriosa época de secundaria rodeados de chicas. Lo que no saben es que esta escuela tiene un concejo estudiantil “oculto”, que tiene una autoridad que supera a la del concejo oficial… y a este concejo no le gusta para nada la presencia de hombres en la escuela.

Fueron los mismos cinco compañeros quienes imprudentemente ponen en peligro su estadía en la escuela al tratar de espiar las duchas de las chicas, creo que en la primera noche que pasan ahí. El concejo oculto salta sobre esta oportunidad y los someten al castigo más severo: confinamiento en la cárcel que está en medio del patio escolar… sí, una pequeña cárcel con barrotes, alambre de púas, etc.

Hay un pequeño problema con su estadía en prisión: si deseaban que los chicos de la escuela estuvieran confinados para bajarles los instintos sexuales, pues no pudieron escoger peor custodio que la vicepresidenta del consejo. Qué barbaridad! No sólo por su figura extra-voluptuosa y su uniforme tres tallas más pequeño de lo necesario, también es como la imagen viva del fetiche de maestra estricta dominatrix (más por como la dibujan, no parece estudiante de secundaria). Si a eso le agregamos que de repente se pone a hacer sentadillas, cuclillas, y otros ejercicios de estiramiento frente a los pobres reos, ¿cómo van a esperar que se les cure la calentura?

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Aunque la sentencia es por unas pocas semanas, existe una motivación fuerte para que Kiyoshi no quiera estar ahí e intente escapar. Justo antes de ser capturado, Kiyoshi había entablado amistad con Kurihara Chiyo, una compañera muy dulce que lo invita a ver sumo en una fecha futura. Además Takehito (“Gakuto”, para sus amigos) está pendiente de no perderse la venta limitada de una figura de acción, así que decide ayudarlo. Entonces tenemos la receta para una historia de choque tipo juego de ajedrez entre el concejo y sus prisioneros… cómo planean escapar? Lograrán su objetivo? Qué planes está haciendo el concejo en su contra? Estas interrogantes nos mantienen el interés a lo largo de la serie.

Además de otras cosas que mantienen el interés, claro…

Prison School tiene esos elementos mencionados arriba, pero es principalmente de humor. Los chistes son del tipo que presenta una situación ridícula pero que la tratan con todo el drama y seriedad de cualquier thriller de espionaje. A eso lo combinan con situaciones perturbantes al estilo American Pie, Something About Mary y Hangover, así que para que les guste tiene que darles risa el humor con fluidos corporales. Y al igual que en Something About Mary no se salva nadie, ni las chicas.

Prison School hace que se nos salga el lado cruel por reírnos de todas las cosas terribles que les pasan a los pobres reos. Sobre todo Gakuto, que se ve forzado a sacrificar su status social de por vida para grabar un archivo necesario para efectuar el escape de Kiyoshi.

También Kiyoshi sufre al tener que sacrificar poco a poco su inocencia para poder cumplir sus objetivos. No ayuda el hecho que Hana (secretaria del concejo secreto) desarrolla una obsesión algo perversa en su contra, por… cosas que pasan (mejor vean la serie, no les quiero arruinar esos momentos WTF)

Otra cosa que nunca fallaba en sacarme risa era la influencia del pervertido director de la escuela (y padre de Mari, la presidenta del concejo secreto), que siempre se las arreglaba para hacer peor la situación de los presos. Mari no podía tener un momento de duda en el que pensara en la posibilidad de ser menos cruel con los presos, cuando el director hacía algo que la motivaba a aumentar su crueldad. Es lo malo de sucumbir a los fetiches, no sabemos a quién va a afectar.

La animación y diseño de personajes refleja la “seriedad” con que manejan el argumento, que de igual forma hace contraste con lo bizarro de la historia y sirve para ayudar al humor. La excepción es en el diseño de Ando, un gordo que lo dibujan con una cabeza descomunal pero con cara la mitad del tamaño de lo normal. Es el único que al verse ridículo nos saca de la historia, y el único que sentí que no contribuía al anime: su participación en el plan de escape es muy pequeña, y no tiene mayor rasgo de personalidad que su masoquismo (es el que más disfruta con los castigos de la vicepresidenta).

Prison School resultó sumamente entretenida, y se las recomiendo mucho si son mayores de 15 años (es bien ecchi). La versión que vi tiene esa censura molesta que aplican de forma inconsistente (a veces tapando cosas que no parecen tan perversas, otras veces que dejan ver de todo), pero el argumento fue tan absorbente que no me molestó. Véanla con discreción, eso sí.