Anime impresiones: One Punch-Man

One Puuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuunch!

‘nuff said! Es más véanlo ya, antes de esta reseña, aquí los espero.

One Punch-Man es una serie que tuvo una peculiar trayectoria para convertirse en anime. Mientras que la gran mayoría de series vienen de mangas, light novels o hasta juegos de video, One Punch-Man es rara por venir de un webcómic. El original (publicado desde 2009) tiene un arte terrible, pero como no se sabe mucho del autor (aparte que usa el sobrenombre ONE), no sabría decir si el arte es intencionalmente malo o si es decisión artística. Lo cierto es que el argumento del webcómic era muy divertido, lo suficiente como para que creciera en lectores a pesar del mal arte. Luego, en el 2012, hizo trato con la imprenta Shueshia para volverlo a publicar en el sitio de ellos con la misma historia pero con arte provisto por Murata Yusuke (mejor conocido como el autor de Eyeshield 21). El aumento en la calidad de dibujo es notable, por decir poco:

Para que comparen…

El arte de este remake es en el que se basa el anime en cuestión, producido con excelente animación por el estudio Mad House (de Trigun, Death Note y una plétora más). La historia sigue a Saitama, un héroe “por hobby” que se dedica a destruir monstruos en Ciudad Z (si, hay Ciudad A, B, C, etc… no han dicho cómo hacen cuando se les acaba el alfabeto). Por razones misteriosas, el poder de Saitama es tan grande que puede derrotar al monstruo más imponente de un solo golpe. Nada más que un golpe, sin importar qué se le ponga enfrente. Esto hace las cosas algo tristes para Saitama, quien aparte de ayudar a la gente también busca un poco de diversión y esto de acabar las peleas de un golpe hace que le sean muy aburridas.

También esto le trae otro efecto imprevisto: Como despacha los monstruos tan rápido y tan fácil, la gente termina sin siquiera saber qué tan grande es la amenaza que acaban de evitar. No ayuda eso que Saitama tiene facciones muy genéricas, es calvo y no aparenta gran fuerza física a simple vista, así que es fácil olvidarlo o asumir que el monstruo que derrotó es muy débil (cuando se dan cuenta quién lo derrotó, que no es muy seguido).

Así que sin mucho que hacer (ya que elimina sus enemigos de forma híper-eficiente), Saitama se la pasa con la rutina típica de joven desempleado: en un apartamento de un solo cuarto leyendo manga o jugando videojuegos en ropa interior, mientras la TV en el fondo le da las noticias por si aparece otro enemigo. Eventualmente se le une el cyborg Genos, quien ve a Saitama derrotar un monstruo poderoso sin dificultad así que le pide que le enseñe cómo hacerse más fuerte.

Genos es el opuesto de Saitama en casi todo sentido: Mientras que el origen de Saitama se resume a “quiero ser héroe por diversión”, Genos tiene un largo y complicado origen que involucra vengarse de un cyborg misterioso que mató a su pueblo natal. Mientras que Genos está obsesionado por conseguir más poder, Saitama tiene todo el poder que necesita y más, así que eso es lo último en que se preocupa. Genos tiene look de héroe con grandes recursos tecnológicos y monetarios a sus espaldas, no como Saitama quien tiene un simple traje amarillo con guantes y botas rojas, y siempre anda en busca de ofertas de supermercado para poder comer algo que no sea ramen.

Otra cosa es que Genos sí está mucho más enterado de lo que pasa en el mundo de los héroes que Saitama. En el mundo de One Punch-Man hay una asociación que se encarga de certificar, rankear y patrocinar a aquellos que quieren hacerse héroes profesionales y combatir amenazas a la población. Conocemos a muchos de estos héroes a lo largo de la serie, y nos muestran indicios de elitismo y competitividad no tan saludable entre aquellos héroes que están más obsesionados por su rango, fama y fortuna que por ayudar a la gente. Saitama, quien puede acabar con cualquier amenaza en minutos, ni estaba enterado de la Asociación hasta que llega Genos.

Debo aclarar que no todos los otros héroes de la Asociación son inútiles. Sería tentador y muy fácil mostrarlos a todos como ineptos como para contrastarlos con la efectividad de Saitama, pero realmente vemos a toda la gama de personalidades entre ellos. Hay unos medio ineptos y hay otros muy efectivos, aún cuando les toca enfrentar monstruos fuertes (que tal vez luego le toca a Saitama derrotar por ellos). Hay desde aquellos más preocupados por su status, pasando por algunos medio bullys hasta llegar a unos muy nobles y dispuestos a ayudar. En la última categoría está Mumen Rider (traducido como “Ciclista sin Licencia”), cuya única falla como héroe es la de aventarse contra enemigos muchas veces más poderosos que él sin pensar en su seguridad propia.

No les puedo recomendar suficiente que vean el anime de One Punch-Man. Es prácticamente perfecto en argumento, con buenos chistes, poderosa acción y animación excelente sin ninguna baja en calidad a lo largo de la serie. La única queja es que sólo duró doce episodios – su llama alumbró nuestras vidas por muy poco tiempo. Pero ni modo, la verdad es que el manga es en que se basa tiene horario de publicación muy lento, y cada capítulo cuenta con pocas páginas comparado a un manga normal. Esto significa que de haber continuado alcanzarían rápidamente la historia en curso y tendrían que inventarse algo sólo para el anime. De esta forma hacen algo de historias de reserva para cuando decidan continuar la serie… es lógico, pero aún duele el vacío que deja el no poder ver este anime cada semana.

Vean One Punch-Man, es de las mejores series del año. Antes de verla con hijos pequeños les recomendaría que la revisaran antes ya que tiene algo de gore (aunque siempre en contexto cómico) y alguna que otra nalga pelada en algunas peleas.

Pero no se la pueden perder!

One Puuuuuuuuuuuuuuuuuuunch!