Hoy hablaremos de Jitsu Wa Watashi Wa, una comedia de harén donde le confían un secreto enorme a la persona menos adecuada, y todo lo que le pasa al pobre por quererlo guardar.
El argumento de Jitsu Wa Watashi Wa es muy simple: En la historia conocemos a Kuromine Asahi, famoso entre sus amigos y compañeros por ser alguien que no puede decir mentiras o mantener algo oculto. Básicamente Kuromine tiene lo opuesto a un poker face, y siempre que quiere contar una mentira empieza a sudar, a ver nervioso a todos lados, y a acumular tics nerviosos por docena.
Esto se le complica cuando es testigo de un secreto de proporciones épicas: Shiragami Youko, la hermosa pero solitaria y reservada compañera de clases de quien está enamorado, es realmente una mujer vampiro! Kuromine la descubre cuando ella extiende sus alas después de clase, justo el día en que él la buscaba para entregarle una carta donde declaraba su amor. Kuromine ya ni pudo entregar la carta de su sorpresa, pero al menos pudo tener su primera conversación real con Youko. Ella le explica que es mitad vampiro y que sus padres asistieron a esa misma secundaria, por lo que ella quería tener una experiencia estudiantil similar. Su estricto padre accedió a sus deseos, pero con la condición de no revelar su secreto a nadie.
Kuromine no quiere que ella se vaya para siempre así que le ofrece su ayuda, prometiendo que fingirá como que no vió nada y que no va a revelar su naturaleza a nadie. Youko está súper agradecida con él, y descubre una ventaja adicional de tener a alguien que comparta su secreto. Verán, a pesar que ella asistía a la escuela como deseaba, Youko no sentía que podía acercarse a nadie ya que tenía que concentrarse mucho para mantener su fachada. Cualquier distracción y se le olvidaba retraer sus alas y sus colmillos, y tampoco participaba en deportes o salía con compañeros porque se asoleaba demasiado fácil (por eso del vampirismo). Esto significaba una vida solitaria, pero con Kuromine como confidente ya tiene con quien socializar en clases y pasarla más divertido.
Kuromine tiene suficientes problemas para no revelar el secreto de Youko a sus amigos, pero a esto le agregamos a que de repente la mitad del cuerpo estudiantil resulta tener algo sobrenatural. De todos lados le saltan compañeras que son alienígenas, hombres lobo, demonios, etc, y a quien también tiene que proteger de alguna forma. Y hasta ahí llega la complejidad de la serie, ya que el resto se resume a episodios con historias con mínima continuidad entre ellas, muchos gags y situaciones de comedia romántica.
Kuromine y su harén
Jitsu wa Watashi Wa no tiene ningún argumento complejo que amarre toda la serie, solo al final hay una historia de varias partes que se siente un poco más profunda. Pero hasta esa la resuelven de forma típicamente light, regresando todo al status quo que habían establecido (sorry, spoilers). No digo que no sean entretenidos algunos episodios y que no me sacaran la risa muchas veces, sólo les advierto por si buscaban series con más carnita.
Lo peor que ocurre durante la serie
No me gustó mucho el diseño de personajes, pero eso es culpa del manga en que se basa la serie ya que se apegaron al estilo del dibujante original (Masuda Eiji). Este favorece ojos y bocas enormes y cuerpos como alargados de tal forma que ni cuando quiere poner fan service se ven muy atractivas las chicas.
Una de las cosas que me gustó de esta serie es que alejaba de algunos de los clichés de los animes de harén. Por ejemplo, Youko no es la protagonista inmaculada súper buena gente que vemos en otros animes, también hace sus tonterías y hay muchos chistes a sus costillas. También tenemos a un protagonista más proactivo en Kuromine, quien al menos trata de acercarse a Youko y es muy firme en sus afectos. No sé cómo explicarlo, pero por eso no me desesperaba tanto que no hiciera nada con las otras chicas del harén, como ocurre con otros protagonistas que hasta pecan de mensos.
Si quieren resumir Jitsu Wa Watashi Wa en una oración, les diría que es una serie cómica, bastante light pero con algunos momentos tiernos. No se las recomiendo como un must-see, pero si se animan a verla no van a pasar un mal rato.
