Como siempre los Japoneses saben hacer series basadas en las premisas más mundanas que hay. Hoy tenemos una comedia que gira alrededor de los dulcitos baratos que pueden hallar en las confiterías tradicionales de Japón:
Al inicio de Dagashi Kashi tenemos un vistazo a la vida de Shikada Kokonotsu y su padre Yoh, quienes administran una pequeña tienda de dulces tradicionales japoneses (los titulares dagashi). Ellos reciben la visita de una chica excéntrica llamada Hotaru, que dice venir de una familia dueña de una gran fábrica de dulces y quien viene a reclutar a Yoh para su empresa.
Yoh se rehúsa, ya que no quiere abandonar su tienda sin que Kokonotsu (quien está mas interesado en hacerse artista de manga) esté dispuesto a continuar el negocio. Hotaru le propone un acuerdo: ella va a convencer a Kokonotsu de ser el sucesor y heredero de la tienda de dulces, y si lo logra pues Yoh irá a trabajar para ella.
Ok, entendieron bien esa premisa? Pues pueden olvidarla inmediatamente, ya que este argumento no tiene lo más mínimo de relevancia en el resto de la serie. Solo recuerdo un episodio donde esta fue la motivación para lo que pasa, es uno en que van a una piscina y Hotaru y Yoh tratan de hacer que Kokonotsu coma algunos dulces (no era muy claro como eso iba a convencerlo de administrar la tienda de su padre, pero bueno). En realidad la serie se trata sobre Hotaru, Kokonotsu y sus amigos de infancia Toh y Saya que se reúnen (usualmente en la tienda de dulces) y hacen algo relacionado a una golosina en particular.
Hacen apuestas con los premios dentro de algunos dulces, discuten la manera correcta de comer otros, sacan trivias sobre la creación e historia de otros más, y así. Realmente Dagashi Kashi es como un documental sobre golosinas japonesas baratas disfrazado con un poco de narrativa y bastantes chistes. Y es bastante bueno, realmente! Los episodios entretienen, pican bastante a la nostalgia (a pesar de no ser japonés me puse a añorar los dulces de mi niñez) y en términos de animación hacen un excelente trabajo. Me hubiera gustado más carnita en la historia, o un argumento un poquito más elaborado en lugar de las historias sin continuidad que nos brindaron, pero al final resultó una serie muy anticipada semana a semana.
Con excepción de una vez que Hotaru sale de la ducha en el primer episodio, Dagashi Kashi es bastante sana como para ver con chicos y grandes, pero no por eso significa que no tiene fan service. Y es un fan service algo raro: aunque Hotaru se viste muy recatada con blusas abotonadas hasta el cuello, falda hasta la rodilla y medias, hay algo en esa cintura ceñida y tirantes que se tienen que hacer a un lado para acomodar su figura que hacen más efecto que muchas series ecchi que he visto en manga y anime. Aparte de eso, mucho del humor de la serie es hacer comentarios de doble sentido basados en dulces, usualmente provenientes de Hotaru.
También le sacan provecho a Saya, aunque ahí le tiran a kawaii más que a fan service. Saya es la amiga de infancia de Kokonotsu que está enamorada de él, ella es la que tiene los recuerdos de niñez más emotivos en cuanto a Kokonotsu y tiene una serie de peculiaridades que hacen que nos encariñemos: le teme a los truenos, es insegura de su apariencia y tímida pero supremamente hábil (sin siquiera darse cuenta) en todos los juegos que propone Hotaru. Entre Hotaru y Saya se han convertido en las waifus favoritas de la temporada de anime.
Así que si quieren saber muchos trivias de dulces baratos japoneses y de paso gozar de algunas risas, les va a gustar Dagashi Kashi. Si buscan un argumento complicadísimo, épico, pues… no tanto. Pero se la recomiendo, es buena para limpiar el paladar por si están viendo animes más serios.
Lo bueno es que ya me aleje de las tramas complicadas de anime y solo busco que me cuenten algo coherente…le dare una checada 🙂
pero a mi lo que me alejo un poco del anime fue que no conocia ningun dulce japones y eso como que me saco de onda, quiza le de otra checada mas adelante