Por estos días, si escuchamos que una película o serie será “precuela” de otra existente, nuestra reacción inicial suele ser: “guácala”. Es lógico, hay muchos casos de precuelas fallidas que hasta han hecho ver mal a la original (maldito Jar-Jar!), así que nos ponemos cautelosos cuando escuchamos ese término. Pero no está escrito en ningún lugar que una precuela tenga que ser mala, puede resultar hasta más divertida que la original! Si no me creen les pongo de ejemplo a Handa-kun:
Handa-Kun trata sobre la vida escolar de Handa Seishuu, el protagonista del ya antes discutido anime Barakamon. Si se preguntaron cómo era Handa como estudiante de secundaria, no se pregunten más. Sucede que Handa era visto como un prodigio de caligrafía hasta en la secundaria, tan famoso en su arte que era admirado por chicos y chicas por igual. Las mujeres lo querían, y los hombres querían ser como él: leyendas surgían a su paso en cuanto a su fuerza, su inteligencia, su bondad y nobleza, su clase y su buen gusto…
Todo esto sería un gran ego-boost para Handa, si tan sólo supiera de la existencia de dichas leyendas. Verán, Handa era admirado – pero tan admirado – al punto que nadie tenía valor de acercarse a él como para cruzar un par de palabras. Las chicas que lo querían no se atrevían a confesarle su amor, y los hombres estaban intimidados por su fama.
Entonces Handa pasaba sus días escolares sin hablar con ninguno de sus compañeros, pensando que nadie lo quería como amigo. Los susurros y cuchicheos que lo seguían cuando entraba a la escuela (de la gente que lo miraba como celebridad) eran para sus oídos puros comentarios hirientes dirigidos a sus espaldas. No por gusto se rodeaba de su (también) famoso “campo de fuerza Handa”.
La premisa de Handa-Kun es sencilla: en cada episodio pasa algo alrededor de Handa que él malinterpreta como bullying, y su reacción es a su vez malinterpretada por sus compañeros como otra prueba de su grandeza que sólo viene a aumentar su leyenda. Por ejemplo, en el primer episodio le dejan una carta de amor, que él (sin abrirla) asume que es una nota para insultarlo. Decide acudir al lugar de la cita esperando pelea, pero cuando la chica en cuestión le trata de entregar otra nota de amor, él automáticamente le critica la caligrafía (profesional ante todo). La chica lo toma como rechazo de su amor, pero también como invitación para mejorarse como persona aprendiendo algo nuevo (caligrafía). Hasta medio se reconcilia con su amiga, quien también estaba peleando con ella por Handa (por un malentendido causado por una nota que escribió el mismo Handa… es complicado).
Si el resumen pareció confuso, pues es porque tampoco quiero revelar tanto de lo que pasa ya que da gusto ver las acrobacias mentales que hacen los compañeros de Handa para interpretar sus acciones en cualquier momento. También da gusto contrastar con la realidad del mismo Handa, que es realmente un adolescente tímido, neurótico y retraído.
Mencioné al inicio que esta precuela de Barakamon me gustó más que la original, y realmente debo decir que la esperaba con ansias estas últimas semanas. El tono de la serie es más cómico y ridículo que Barakamon, que a pesar de tener sus chistes era más una serie slice-of-life.
Handa-Kun les queda muy recomendada como serie cómica. No es necesario haber visto Barakamon para apreciarla, y realmente es divertida. Ah, y la canción del final es candidata de “mejores finales de anime” de la temporada.
https://youtu.be/plYuP83PHtI