Qué pasa si son tan buenos en estrategia militar que sin querer los reclutan y los siguen ascendiendo y ascendiendo de rango, a pesar que lo que más desean es dormir y conquistar chicas? Pues lo sabremos ahora, ya que es lo que le pasa al protagonista de Alderamin on the Sky…
Alderamin toma lugar en una tierra de fantasía con elementos steampunk, es decir, tienen aparatos tipo steampunk pero la fuente de poder suele tomar la forma de unos pequeños espíritus elementales, que según la religión del Imperio donde viven los protagonistas fueron brindados por el dios Alderamin. A pesar que no explican mucho de este dios y su religión, Alderamin brinda el nombre de la serie y es parte de la formación del protagonista Ikta Solork. No porque Ikta sea gran devoto, sino que ha sido criado usando conceptos científicos prácticos que son novedosos para el mundo donde viven.
Ikta asiste a una academia militar junto con su amiga de infancia (y co-protagonista) Yatorishino Igsem, donde supuestamente estaba enrolado sólo por un tiempo para acompañarla para luego conseguir un trabajo fácil lo más lejos posible del combate (él odia la guerra y hacer cualquier tipo de esfuerzo que no involucre seducir mujeres maduras… tiene fetiche de mujeres más viejas que él). Pasa algo inesperado de camino a la capital, y se hunde el barco en que iban Ikta, Igsem, y varios compañeros… ah, y la princesa del Imperio, nada más.
Ikta, ayudado por sus colegas plebeyos, logra llevar a la princesa de vuelta a casa, mostrando gran habilidad para pensar de forma analítica y formular estrategias en el proceso. Ya como héroes del Imperio le resulta muy difícil salirse del ejército sin que lo vean como traidor malagradecido, así que ni modo le toca enrolarse de forma oficial. Nuevamente y casi sin querer muestra su destreza como estratega y líder, y logra guiar a su propio pelotón a la victoria contra soldados más experimentados en sus ejercicios militares.
Ese es el atractivo principal de la serie, ver cómo este tipo irresponsable y haragán supera los retos que se le ponen enfrente, y muy a su pesar se hace cada vez responsable de más gente (y se hace más y más famoso y respetado por sus subalternos). Dicho de esta forma suena como una serie cómica y light, pero Alderamin tiene muchos episodios donde se la pasan filosofando sobre la brutalidad de la guerra y el desperdicio humano que conlleva. No es que no hayan momentos cómicos (como el discurso de Ikta donde explica que la haraganería es el motor que impulsa el progreso humano), pero realmente Alderamin tiene un argumento serio.
Como todos saben, sangre=serio
En cuanto a la animación y el arte, no es nada espectacular pero funciona. Algunas de las peleas (usualmente protagonizadas por Igsem, ya que Ikta prefiere pensar antes de pelear) son bien fluidas pero siento que son la minoría.
El anime deja la historia de Alderamin casi sin avanzar, ya que la serie de light novels en que se basa lleva como diez volúmenes y aquí llegamos a lo mucho al primero. Me gustó el final (no es tan spoiler, si quieren seguir leyendo) cuando la Princesa (quien ha reconocido la habilidad de Ikta) le plantea una misión: perder una guerra… qué?!?! Pues la idea de la Princesa es que Ikta pierda una guerra contra uno de sus países vecinos (que ha adoptado ideas más modernas como la democracia y el pensamiento científico), lo suficiente como para derrocar el estancado y corrupto gobierno Imperial actual, pero no tanto como para que los conquisten. Esto es para que el nuevo gobierno que reemplace al Imperio piense en adoptar las ideas modernas de su vecino sin perder su propia cultura e identidad. Se me hizo más interesante que los conflictos que vimos, por ahí hubieran empezado esta serie…
Este es el peor grito de guerra que he oído…
Alderamin está mirable, aunque no espectacular. Me emociona más la siguiente serie (si algún día la hacen) en que ya estén tratando de auto derrocar el Imperio. Esta serie… pues véanla, tiene partes interesantes y no tardarán mucho con sus trece episodios.
