Anime impresiones: Monster Musume No iru Nichijou

Cómo sería la vida si compartiéramos nuestro hogar con una plétora de chicas hermosas que están todas ansiosas de saltar sobre nuestros huesos, con el único, mínimo inconveniente que sus genitales corresponden a partes de animal? Admítanlo, se les ha de haber ocurrido eso… no? Tal vez sólo yo, entonces. Por suerte ya no me tengo que imaginar cómo sería, si hay un anime que nos muestra esta situación explícitamente:

Monster Musume No iru Nichijou, o “Vida Cotidiana con las Chicas Monstruo” sigue las peripecias que sufre Kurusu Kimihito como anfitrión para un grupo de chicas monstruo que participan en un programa de intercambio entre especies.

Verán, en el mundo de MonMusu (como lo abrevian los fans) existen criaturas como centauros, lamias, sirenas, harpías y más, que han revelado su existencia públicamente. En un sorprendente despliegue de diplomacia y apertura a otras especies, el gobierno de Japón ha implementado un programa de intercambio de culturas/especies para integrar a estas nuevas criaturas a su población. El intercambio consiste en mandar a individuos de las diferentes especies a vivir con familias humanas, quienes cuidan de ellas y les enseñan cómo desenvolverse en la sociedad moderna.

También hay que contestar este tipo de dudas…

Realmente fue un accidente que Kimihito se convirtiera en anfitrión (al parecer Ms Smith, la encargada, se confundió de casa), pero como él es el típico protagonista de harén no hace más que dejarse llevar por la corriente y recibe a Miia (una mujer serpiente) como su huésped. En rápida sucesión le siguen Papi (harpía), Centorea (centaura), Suu (un ser gelatinoso), Mero (sirena), Rachnera (mujer araña) y casi al final de la serie llega Lala (una dullahan).

Son una plétora de chicas viviendo con Kimihito, y si le agregamos a las cuatro chicas monstruo que forman el escuadrón especial que ayuda a Ms Smith, se hacen demasiadas como para dedicarles cualquier clase de desarrollo de personaje en los 12 episodios de la serie. Ese es el principal problema de MonMusu (digo, si no les molesta la sexualización de híbridos humanoides), que casi no llegamos a conocer a ninguna de las chicas lo suficiente para que nos importe su historia. La introducción de cada una de ellas sigue una fórmula casi matemática: Kimihito se encuentra con la chica en cuestión, interactúan un rato y él las trata como que fueran chicas normales, ellas lo ven como alguien muy amable y terminan viviendo con él. Este patrón se repite con la regularidad de las mareas hasta que conocemos a todas las chicas del elenco.

Kimihito lleva esta misma expresión por un 99.99% de la serie

Más tarde en la serie hay otra aventura donde Kimihito recibe una carta amenazadora, por lo que tiene que fingir que va en citas con las chicas para sacar al responsable de su escondite. Nuevamente, como reloj: saca a las chicas en citas en grupos de dos (más una de las chicas del escuadrón de Ms Smith), conocen a otra chica monstruo que puede o no ser la responsable de la carta, averiguan si es o no y pasamos al siguiente grupo. Y no es como que dentro de todo esto se desarrollen un montón las personalidades e interacciones entre las chicas, casi sólo pasan cosas habituales de animes de harén con toques ecchi:

Deslizones con jalón de ropa, desnudez accidental, entrar al baño mientras otro está ahí, chicas que se le tiran encima al tipo pero él no hace nada, etc etc., todo realizado de forma tan estándar que cualquiera pensaría que usan un checklist que tienen que cumplir contractualmente. Literalmente lo único que distingue esta serie es el hecho que las chicas son criaturas parcialmente humanas. Al menos a eso le sacan un poco el jugo, con historias dispersas donde su fisonomía es parte del argumento (como cuando Papi va a poner un huevo, o cuando Miia tiene que cambiar de piel). Hasta se resuelven preguntas prácticas como qué tipo de ropa interior usaría una Lamia, o qué clase de negocio está adecuado para acomodar múltiples especies.

En cuanto a la animación y diseño de personajes, pues está aceptablemente bien. La base de esta serie (y su único motivo de existir) es proveer fan service muy específico (para aficionados de la bestialidad?), pero logran que las chicas no se vean grotescas aún cuando la mitad de su cuerpo es de insecto o reptil. Por supuesto que hay especial atención en las secciones humanas de su anatomía, para atraer a más gente.

No sé si recomendarles Monster Musume, ya que no es para cualquier gusto. Puede que les gusten los animes de harén pero no les guste el aspecto “monstruoso” de las chicas. O puede que les atraiga eso, pero los argumentos son tan trillados que les aburren por completo. Por mi parte la vi, me sacó algunas risas, pero no había nada que saltara a la vista aparte de la naturaleza de las chicas del harén. Tal vez está para que vean un par de episodios sólo para preguntarse qué fuman los japoneses para que salgan con estos cuentos.