Anime Impresiones: Baka to Test to Shoukanjuu

Después del fiasco que resultó ser Kanokon, no puedo expresarles mi felicidad al contar con Baka to Test to Shoukanjuu como el siguiente anime a discutir.  Y no lo digo sólo porque vino después de un anime malísimo (hasta la lepra es mejor comparada a Kanokon), sino porque realmente es de las series más divertidas que he visto a la fecha.

La premisa de la serie es la siguiente:  En la Academia Fumizuki se hace un ranking de estudiantes basándose en su desempeño académico, y se dividen las clases de acuerdo a ese ranking.  Clase A tiene a los mejores estudiantes, clase B a los siguientes mejores, y así hasta llegar a la clase F, los peores.  Adivinen a cuál clase van los protagonistas?

Pero las cosas no se quedan ahí.  Esta academia posee tecnología tan avanzada que pueden hacer “summons” de avatars holográficos para cada estudiante que luego son usados en batallas simuladas.  La mejor parte es que si una clase de menor rango (por ejemplo, la clase F) logra derrotar a otra clase (digamos la clase A), ambas clases cambian de salón y de recursos disponibles.  Y estamos hablando de una diferencia abismal en recursos:  mientras que la clase A está equipada con laptops individuales, sillones reclinables, pantallas gigantes y un open bar, los de la F apenas tienen cojines remendados para sentarse, mesas que se desarman con el menor soplido y un aula a punto de colapsar.  Claro que como el poder de ataque del summon está ligado al puntaje en los últimos exámenes de cada estudiante resulta difícil derrotar a una clase superior.

Esta premisa pudo haber resultado en otro tipo de anime, al estilo Beyblade o Yu-Gi-Oh!, donde se ponen dramáticos y tratan de darle una urgencia de vida o muerte a todas las “batallas”.  Por suerte aquí se van en otra dirección y todo es manejado de forma humorística.  Ni siquiera le dan tanto énfasis a eso de los summons y las batallas, ya que no aparecen en la mitad de los episodios.

Baka to Test tiene muchas cosas que disfrutar a todo lo largo de la serie.  Hay triángulos amorosos que se complican por malentendidos, conflictos de personalidad y por la sarta de estupideces que salen de boca de los protagonistas.  Hay batallas pero generalmente se resuelven de la forma más inesperada, y la batalla final de la primera serie es un deleite por las tácticas alocadas que usa la clase F para ponerse a la par de la clase A.  Hay parodias a otras series (hay un episodio al estilo Evangelion que está genial), cambios al estilo de arte para resaltar situaciones ridículas, y chistes de manera continua.

Mis partes favoritas?  La “relación” entre Yuuji Sakamoto y Shouko Kirishima que es dulce y bizarra en partes iguales.  La primera visita de los protagonistas al apartamento de Akihisa, cuando su hermana también ha regresado a vivir con él.  Un juego de cartas entre chicos y chicas, en el que los chicos empiezan a parpadear en clave Morse para mandarse mensajes secretos.  Cuando Hideyoshi y su hermana gemela tienen que cambiar identidades por un día.  O cuando los summons de cada personaje empiezan a revelar los secretos más íntimos de sus dueños.   Podría seguir por horas, pero dejémoslo ahí.

Los primeros dos episodios del anime me capturaron por completo.  Vi la primera serie completa en tiempo récord, y actualmente estoy esperando con ansias a que salga cada episodio de la segunda serie (titulada simplemente Baka to Test to Shoukanjuu Ni!).  Excelente recomendación de nuestro amigo Bardiel Schiffer!

Véanla, está buenísima…