El nuevo año casi siempre trae una lista de propósitos que la mayoría de nosotros hacemos y nos dedicamos a no cumplir, lo cual es una lástima. En el fondo los propósitos son simplemente una forma de mejorarnos, de cumplir con nuestro potencial casi infinito como seres humanos. Si no lo creen posible, vean el ejemplo de Batman: pasó de ser un perdedor a lo que es ahora a pura fuerza de voluntad, haciendo cambios mínimos a su persona.
Siguen incrédulos? Bueno, vean cómo era Batman antes:
No inspira mucho temor en los criminales, no?
Pero qué hizo para convertirse en alguien que pone quieto hasta a Superman? Pues hizo unas cuantas abdominales para bajarse esa barriga, cambió su antifaz y capa por algo un poco más oscuro y estilizado, cambió su montura de elefante bebé a algo más amenazador, y cambió aditamentos poco usados como el bati-repelente de tiburones por herramientas más versátiles.
Gracias a eso, hoy Batman es alguien que inspira admiración en los hombres y que destila machismo por todos sus poros.
Así que aprovechemos esta oportunidad para autoexaminarnos y automejorarnos, y pronto estaremos luchando contra tiburones blancos bajo el agua con nuestras espadas láser!!
O tal vez al fin me despegue de mi computadora para ordenar mi colección de comics, que es casi lo mismo.