Los mejores videojuegos de la historia pt 6 … versión Ticoman

Star Wars: Episode I Racer

Ah, los recuerdos de esa época en que se creía que el mundo acabaría por culpa del Y2K!…

Este juego lo conseguimos poco después de haber visto Episodio I, cuando la emoción del resurgimiento de Star Wars estaba todavía a niveles frenéticos en los Geekos. Ya habíamos pasado meses de haber visto el teaser, de haber analizado hasta el cansancio los 1.5 segundos de la pelea de Darth Maul y Obi Wan que se veían en uno de los trailers, Julio había cambiado la fecha de su boda para que la luna de miel coincidiera con el estreno de la película (para verla en los EEUU en su primera semana!), y el resto de los Geekos fuimos a verla con él hasta Miami. Sí, en la luna de miel de Julio… por lo menos tuvimos la cortesía de hospedarnos en un lugar distinto. En otras palabras, todo lo relacionado a Star Wars causaba tremenda reacción en nosotros (todo menos Jar Jar Binks, quien requirió un esfuerzo supremo para ignorar durante la película).

El juego de Pod Racer no fue la excepción, sobre todo porque aparte de las peleas de sable, la carrera en Tatooine fue de lo más emocionante en Episodio I.

El juego en sí logra recrear perfectamente el ambiente de la carrera, y el sentido de extrema velocidad en planetas extraños. Las gráficas eran excelentes, y la música sacada de la película le daba un extra de emoción al juego. No había nada mejor que activar el turbo cuando “Duel of the Fates” estaba sonando y la línea de meta se acercaba.

Pasé largas horas de diversión tratando de sacarle el tiempo récord a cada pista del juego, con mi mayor obstáculo siendo la pista situada en Bespin (o un planeta similar), que tenía angostas plataformas sin rieles y giros de 160 grados… fue casi imposible pasar con el mínimo de tiempo para avanzar en el juego. Pero la mejor experiencia sacada de este juego fue cuando a Britoman, Julius y Rafa les coincidieron varios días de vacación (a mí no, bu si bu). No sólo tenían días libres, tanto Rafa como Julio se encontraban en ese momento sin esposas, ya que las respectivas de ambos estaban de viaje o algo así.  Como casi todos teníamos una copia del juego surgió la idea de aprovechar el modo multiusuario de Pod Racer y armar un torneo Geeko, en lo que otros maridos hubieran querido salir a embriagarse con los amigotes.

Esto era 1999-2000, cuando no todos contábamos con acceso a internet de alta velocidad (yo todavía estaba con conección de teléfono a internet), así que jugar Pod Racer de esa forma no era práctico. La mejor solución fue llevar las computadoras de cada quien a casa de Rafa, armar una minired ahí y ponerse a jugar. Por esa época mi computadora era un clonazo con un armazón de hierro forjado que pesaba como cien libras, y tenía un monitor de 17 pulgadas que tampoco era tan portátil (por eso adoro los LCD displays de hoy en día). Pero no dudé en cargar todo eso en mi carro para irlo a instalar en la sala del Rafaman durante toda la semana, cosa que también hizo Brito con su preciada VAIO. Esos días la casa de Rafa parecía que había sido vomitada por una tienda de repuestos de electrónica, con cables de energía, red, regletas y partes de computadora por todos lados. De haber entrado la esposa de Rafa en ese momento le hubiera hecho las de Lorena Bobbit, y a nosotros también.

Nuestra red...

Ah, pero que bien la pasamos esa semana! Julio, Brito y Rafa pasaban la mayor parte del día en carrera tras carrera mientras yo estaba en el trabajo. Cuando salía de trabajar, iba directamente a casa de Rafa a unirme al torneo. Julio se retiraba poco después y yo le hacía el relevo, y jugábamos hasta muy tarde. Por esos días llegaba a la casa a dormir y siempre soñaba que estaba montado en un Pod Racer. Incluso el camino de la casa de Rafa hasta la mía tenía que recordarme que no estaba en el juego sino en un vehículo real, no vaya a ser que por querer meter turbo quedara enrollado en un árbol.

En esa semana me coroné como el Maestro de la Mano Alzada, ya que mientras los otros jugaban con joystick yo era el único a puro teclado. Incluso hubo lesiones durante los juegos: Julio quebró su joystick en una de tantas vueltas, y hasta la hija de Rafa sufrió por nuestra obsesión: la pobre niña de cuatro años se tropezó en uno de tantos cables (no fue grave la caída, no se preocupen). No voy a decir qué hizo Rafa cuando vio a su hija en el suelo, si irla a levantar o terminar la carrera primero… sólo les digo que era la última vuelta y Rafa estaba ganando, así que era difícil decisión.

En fin, este juego no sólo era muy emocionante sino que me brindó muchas horas de diversión en compañía de los amigotes. Gracias a eso, se ha ganado un puesto en la lista de mejores juegos de la historia.

Continuará…

Parte 1: Jumpman Jr.
Parte 2: Wasteland
Parte 3: X-Men II: Fall of the Mutants
Parte 4: Wasteland
Parte 5: Tomb Raider
Parte 7: Soul Calibur
Parte 8: World of Warcraft